16 Aug
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Por: Débora Marilyn  Cabrera Heredia

La paz es un deseo universal. El mundo está lleno de conflicto, ansiedad e incertidumbre, pero la Palabra de Dios ofrece una promesa de paz que trasciende toda circunstancia.

La paz de Dios es un regalo invaluable que Él ofrece a todos los que confían en Él. Va más allá de la lógica humana y es una manifestación del poder de Dios en la vida de cada ser humano. Cuando se confía en Dios y se le entregan las preocupaciones, Él sostiene con Su paz que va más allá de cualquier explicación racional. “Tú guardarás en paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque él confía en ti. (Isaías 26:3).

La paz de Dios no es solo un sentimiento pasajero, sino algo que puede habitar permanentemente en los corazones y mentes de los creyentes. Cuando se entrega la vida a Cristo, Él te invita a que deposites tu confianza para cada área de la vida. Esto incluye las preocupaciones, ansiedades y miedos. Cuando se le entregan estas preocupaciones en oración y se busca Su voluntad, Cristo provee Su paz para proteger los corazones y las mentes, “...echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros”. (1 Pedro 5:7).

Cuando se vive cimentado en la paz de Dios, no hay que ceder ante el miedo o la ansiedad causada por el enemigo. Se puede resistir, sabiendo que se tiene el poder de Cristo dentro de cada uno. “Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros que el que está en el mundo.” (1 Juan 4:4).


Débora Marilyn Cabrera Heredia, Secretaria de Comunicaciones del Ministerio 3IBN Cuba.

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