17 Jun
17Jun

Por: Norma Elisa Medl.

Algo por lo que oro regularmente es para que Dios me dé la habilidad de reconocer los planes y confabulaciones del enemigo contra mí. Quiero ser capaz de reconocer sus trampas y evitarlas.

Creo que parte de Su respuesta, me llegó un día mientras estudiaba la historia de Eva siendo tentada por Satanás (Génesis 3) y nuestro versículo clave: “Porque nada de lo que hay en el mundo —los malos deseos del cuerpo, la codicia de los ojos y la arrogancia de la vida— proviene del Padre, sino del mundo” (1 Juan 2:16). 

Mientras comparaba estos pasajes, tuve una manifestación sobre cómo Satanás nos persigue. Estos versículos describen los 3 pasos de su plan de ataque contra nuestros corazones. ¡Se trata del mismo plan que utilizó para tentar a Jesús en el desierto en Mateo 4:1-11! Este hecho me dice que, si bien el enemigo puede ser poderoso, también es predecible. 

Echemos un vistazo al plan de Satanás en la historia de Eva y la historia de Jesús: 

1. Hacer que anhelen algún tipo de gratificación física hasta el punto de obsesionarse con ello. Pueden ser las drogas, el sexo, el alcohol o la comida. Satanás tentó a Eva con el fruto, el cual “era bueno para comer” (Génesis 3:6b). Satanás tentó a Jesús con pan mientras Él estaba en ayuno. (Mateo 4:3-4) Satanás nos tienta con cualquier sentido físico que nos preocupe demasiado, ya sea el gusto, el olfato, el oído, el tacto o la vista. Dios dice que nuestros sentidos son buenos. Él nos los dio para disfrutarlos dentro de Sus límites. Pero aventurarse fuera de la intención de Dios con los sentidos, se convierte en un intento de satisfacer nuestras necesidades lejos de la voluntad de Dios. 

2. Hacer que quieran adquirir cosas hasta el punto de inclinarse ante el dios del materialismo. Mantenerlos distraídos haciendo que sus ojos deseen más y más cosas. Satanás tentó a Eva llamando su atención a aquello “que tenía buen aspecto” (Génesis 3:6c). Satanás Le mostró a Jesús los reinos del mundo y Le dijo que Él podría tenerlos todos. (Mateo 4:8-10). 

Satanás nos muestra las cosas más nuevas, más grandes y supuestamente mejores de este mundo, tratando de atraernos para que pensemos que debemos tenerlo. Nos tienta a pensar: esto nos hará sentir satisfechos. Esto nos hará felices. Y luego esas cosas se desgastan, se descomponen, envejecen y revelan que las cosas materiales son temporales. 

3. Hacer que se jacten de lo que tienen o hacen. Mantenerlos distraídos y obsesionados con su estatus y significado. Ahogar sus vidas con los tentáculos de su propio orgullo. Satanás tentó a Eva prometiéndole un conocimiento mayor, el cual supuestamente la haría ser más como Dios (Génesis 3:4-5). 

Satanás tentó a Jesús diciéndole que Se tirara del punto más alto del templo y ordenara a los ángeles que lo salvaran. (Mateo 4:5-7) Hubiera sido muy interesante y habría elevado el estatus de Jesús ante los ojos del mundo.

De la misma manera, Satanás nos tienta a que tratemos de ser superiores a los demás. Erróneamente creemos que debemos convertirnos en algo que el mundo considera digno. Esto crea una necesidad en nuestra carne de que las personas nos reconozcan, nos elogien, nos veneren y acaricien nuestro orgullo. Entonces nos atrevemos a jactarnos de todo lo que somos. 

Queridos hermanos, aquí es donde debemos parar y recordarnos a nosotros mismos que no tenemos por qué ser rehenes de Satanás. Ya conocemos sus planes y trampas. Y el poder del enemigo es nada en comparación con las promesas liberadoras de Dios. Existe una gran diferencia entre la respuesta de Eva a Satanás y la respuesta de Jesús a Satanás. Eva dialogó con Satanás y le permitió tejer su telaraña enmarañada de justificaciones. Sin embargo, Jesús, citó versículos de Deuteronomio en respuesta a cada tentación: “Está escrito...” e inmediatamente le cerró el camino a Satanás con la verdad de Dios. 

¿Cuál será nuestra respuesta? La decisión es nuestra. Momento a momento, decisión tras decisión, paso a paso –¿operaremos con la verdad poderosa de Dios o permitiremos que Satanás nos enrede en sus mentiras? Bendiciones.  


Norma Elisa Medl es enfermera, profesora de música y educadora de Pre-escolar, Escolar y Adultos en München, Alemania.

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