04 Apr
04Apr

Por: Marla Miranda Carvajal. | Fotos: Cortesía de Marla Miranda Carvajal.

Realizó el Seminario Teológico Adventista de Cuba (SETAC) una campaña evangelística en la iglesia adventista de La Vigía titulada “La Última Victoria”, entre los días 23 al 30 de marzo de 2024, propuesta que hizo engalanar al pueblo de Dios en Camagüey, floreciendo el ansia cada vez más inminente del pronto regreso de nuestro Señor Jesucristo.

Transmitió este espíritu a cada miembro y visita presente, con regocijo, el joven seminarista Marcos Daniel González Fonseca y sus afables sermones al exponer la palabra de Dios. Durante cada intervención impregnó a toda la congregación con el vívido deseo  que fuera también antaño la misma esperanza del apóstol Juan cuando escribió: “Si, ven, Señor Jesús”.

Predicador Marcos Daniel González Fonseca.

“Padre amado, Señor” fue la invocación dulce pero potente que elevó cada noche mientras oraba al comenzar cada predicación Marcos Daniel; quien nos transportó desde las incertidumbres de nuestra existencia hasta el reino del amado Señor Jesús para dar a conocer a la iglesia y a cada alma que vino en busca de seguridad, consuelo y ánimo para esta existencia llena de perplejidades, las alentadoras promesas que encontramos en su mensaje; aunque angustiados y en apuros, no estemos desesperados. 

Marcos Daniel y su esposa Lianet Pérez López.

Él y su esposa Lianet Pérez López, dos jóvenes de solo 20 años, dejaron una huella de cariño en la iglesia y, aunque manifestara ser un poco introvertido, a su corta edad mostró con afabilidad, gracia y desempeño los atributos del joven virtuoso que se relaciona con la palabra de Dios y adquiere de ella la sabiduría para honrar a aquel que dio su vida por él, y es capaz de transmitir sus enseñanzas porque anda en la verdad, y será llamado grande en el reino de los cielos.

La iglesia recibió las trascendentales enseñanzas de la Biblia, dejando atrás cada noche al mundo con sus urdimbres y afanes, disfrutando las promesas de vida del gran maestro, trayendo hermanos no bautizados para develarles el misterio escondido desde los siglos en Dios, quien creó todas las cosas y ahora las da a conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades, habitando Cristo por la fe en nuestros corazones. 

Alabanza a cargo de los músicos de la iglesia

Pueblo que no conocía de Dios vino a escuchar las buenas nuevas de liberación: “Ven, hijo mío, no te tardes, mañana puede que no haya otra oportunidad”. Y la iglesia respondió: “Heme aquí”. Fueron muchos los interesados, de ellos tres almas —tres vidas, una misma familia, un mismo espíritu—, no pudiendo resistir a la divina influencia dieron su sí sumergiéndose en las aguas del bautismo. Ellos fueron el matrimonio compuesto por Camilo Álvarez Touriño y Tamara Milanés Fagundo, con su nieta Camila Laura Alfonso Álvarez de 9 años, que por un tiempo ya venían conociendo este camino. Decidieron no apagar más el fuego que ardía en sus corazones, y aceptaron por fe la salvación que es en Cristo Jesús.

Dos abuelos y su nieta deciden entregar su vida a Jesús mediante el bautismo.

Cada día se glorificó el nombre de Dios a través de hermosas alabanzas interpretadas por miembros de la iglesia: solistas, coro de jóvenes, cuartetos, declamadores, grupos de alabanza y las voces del mismo Marcos Daniel y de su esposa, que se alzaron como incienso a nuestro Creador.


Marla Miranda Carvajal, corresponsal de 3IBN Cuba.

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